: transliteration

Thursday 29 April 2021

Ana becoakh - מה ?????

 Abrir la Kabbalah a nuestros queridos amigos extranjeros, Hmmm, no sé de hecho?  Pero de hecho no hay mal también !  Así como una persona que no reverencia un solo D-us puede decir que está tratando de entender la tradición desde Adam y 'Hava?  Bueno es un tanto intrigante. Pero hoy hay muchos y muchos que dicen sobre la Kabalah.

Se necesita ser judío para tener acceso a algún punto de las chispas de la sabiduría llamada Kabbalah, no necesita ! Bien hay alboroto, creo que positivo, sobre una berakha llamada Ana Becoakh, bien es verdadera, genuina pero hay pasos básicos que este señor o señora debe preceder para intentar tener una visión de lo que ella real significa de hecho.  Por debajo de la berakha, que por algunos sidurim sefaradim mekubalim incluye esta berakha y otros sidurim sefaradim llamados nacionalistas, no incluyen, no porque no crean es que debe tener una profunda seriedad y conocimiento básico para incluir a un aprendiz o hasta un curioso venir a acceder ....




¡Cuidado con los habladores sobre la Kabbalah, un cabalista de hecho no se presenta así !



Wednesday 21 April 2021

¿Está permitido que un judío sefaradí consuma carne NO BET YOSEF / H'Alak en una fiesta o de otro tipo?

  ¿Está permitido que un judío sefaradí consuma carne " NO Bet Yosef " en una fiesta familiar o de otro tipo?

Respuesta : En la anterior Halah'a explicamos la definición de la carne H'Alak, y precisamos que según la opinión de MARAN el autor del Choulh'an ‘Arouh', es una obligación imponerse el rigor de consumir únicamente carne H'Alak. También hemos mencionado la opinión del RAMA de que, si bien esto constituye una gran flexibilidad, a pesar de todo la costumbre de muchos ashkenazim es adoptar la flexibilidad en este punto.

Es importante saber que cualquier lugar en el que se pretenda que la carne vendida es «H'Alak» o «Glatt» o «conforme a la opinión del Bet Yossef» no es necesariamente digno de confianza en este punto.

Bet Yosef # Halak - Glatt 
Bet Yosef NO és GLATT ( Halak)


En efecto, para nuestra consternación, existen famosos organismos de Cacherout que se conceden diversos permisos muy discutibles, y venden carne no H'Alak etiquetada como carne H'Alak (como informa el Gaon autor del libro Chou’t Tchouvot Vé-Hanhagot tomo 4, donde menciona una carne vendida bajo un cierto control rabínico como carne H'Alak, cuando no es así).

Por eso, los sefardim y los originarios de las comunidades de Oriente Medio que se refieren exclusivamente a las decisiones Halah'iques de MARAN el autor del Choulh'an ‘Arou'h, sólo deben comprar la carne cuando se encuentre bajo un control rabínico reputado y sostenido por los grandes Rabbanim Sefardíes de la generación, experimentados en los usos de los Sefardim, según la opinión de MARAN el autor del Choulh'an ‘Arouh' y del Bet Yossef.

Ahora, vamos a explicar el caso de una persona que se encuentra en una comida de fiesta familiar como un matrimonio o algo así, y que se sirve carne Ocultar pero que no es H'Alak, ¿puede esta persona permitirse excepcionalmente consumir esta carne?

El Gaon Rabbi Chémouel ABOHAB (que fue uno de los grandes tomadores de decisiones Sefardíes en Italia hace más de 300 años. Fue el Av Beit Din de Venecia, y fue uno de los primeros luchadores del falso profeta Chabetai Zevi - ¡Que se pudra el nombre de los impíos! ». Todos los maestros de su generación le hacían preguntas) fue consultado - como relata en su libro Chou’t Devar Chémouel - sobre la cuestión relativa a los judíos Sefardíes que van a instalarse en los países Achkenazí. 

¿Pueden consumir del sacrificio ritual Achkénaz, o deben imponerse el rigor en este punto puesto que los Sefaradim son más rigurosos con respecto a la comprobación de los pulmones?


Él respondió que si no se tiene la certeza de que había una adherencia en el pulmón y que se ha aplastado esta adherencia según el uso Achkenazí, se puede autorizar el consumo de esta carne, ya que se puede considerar que la bestia era Ocultar (sin adherencia en el pulmón)y también se puede prever que la Halah'a se fija en este punto según la opinión de los responsables de la toma de decisiones que autorizan (incluso la presencia de adherencias si se puede aplastar). 

Por eso, aunque el uso de los sefardim es muy riguroso en este ámbito, a pesar de todo, cuando se nos invita, se puede autorizar el consumo de tal carne. 
Así es como degolla nuestro gran maestro el Rav Ovadia YOSSEF Zats"al, que se permite a un invitado sefardí consumir carne en un Achkenazí, pero el que se imponga el rigor sobre este punto es digno de la Bendición.



¿Puedo ir al Mikveh con un tatuaje? ¿Es un חציצה (barrera)?

¿Puedo ir al Mikveh con un tatuaje? ¿Es un חציצה (barrera)?

El caso de una barrera que se pretendía embellecer, suele ser 

a) pequeña  

b) deseable y por lo tanto no debe constituir una barrera. 

El Chul'han Arukh gobernó como el RASHBA en este caso especial - donde estaba destinado a ser embellecedor, pero ahora podría ya no ser deseable podría haber disputa Halakhic. 

El RAMBAM requiere una condición adicional, que la decoración no tiene sustancia que se puede sentir. Contrariamente a eso, el Rashba permite algo que está destinado a embellecer para tener sustancia (y trae como ejemplo el Parochet en el templo que fue teñido y tuvo que ser sumergido para ser purificado). 

En cualquier caso, ya que no tiene espesor o sustancia que se pueda sentir no se consideraría un Hatziza ( חציצה).




Friday 16 April 2021

...fue el precepto del Berit Mila, lo que salvó al ministro iehudi…

Peracha Tazria - Metsora

El libro “Sefer Haiashar” nos cuenta algo realmente impresionante que le ocurrió a Rabenu Don Itzhak Abarbanel ztz”l, cuando se desempeñaba como ministro del tesoro del rey de españa. Tanto lo quería el rey, que eso provocaba la envidia y el odio de todos los otros ministros.

Ellos se dirigieron al rey con la siguiente propuesta: vos tenés toda tu confianza depositada en él, ¿alguna vez pusiste a prueba su honestidad? Hagamos una prueba para comprobar qué tan correcto y confiable es…
El rey aceptó…

Los ministros le aconsejaron pedir un detalle de su riqueza para saber si se enriqueció lícita o ilícitamente.

Cuando ese día, rabenu  Don Itzjak Abarbanel se presenta delante del rey para saludarlo, éste le pide que le prepare un detalle de sus posesiones.
Muy bien, contestó, la palabra del rey es como la ley para mí, iré a mi casa y haré un detalle preciso de todo mi haber.

Una hora más tarde vuelve y le entrega sus cuentas al rey: setecientos setenta mil pesos. Cuando los ministros se presentan, el rey les muestra las cuentas de su querido colaborador.

Riéndose le dicen al rey, solamente la mansión donde vive vale el doble de la cuenta que presentó, aparte de la casa que tiene en tal lugar y los campos en otro lugar, esto es una burla a la investidura real, cualquiera que vea estas cuentas se da cuenta que es un engaño…

El rey escuchaba y ellos siguieron: las propiedades que nosotros conocemos suman un valor que multiplica varias veces su declaración, y todo eso sin contar el dinero que puede tener guardado, los bienes muebles, joyas y las empresas de las que es socio…

El rey ya estaba enfurecido, hasta parecía encendido por dentro, ¿cómo podía haber sido engañado así por alguien en que tanto confiaba? ¿Alguien a quien tanto quería, qué no le había dado, qué le faltaba para tener la necesidad de engañarlo?

Bueno, dijo el rey, este hombre está condenado a muerte, pero, si lo matamos de manera que se todo el mundo lo sepa, seremos la burla de todos los medios, para la gente se verá como divertido lo que se puede hacer con el dinero del tesoro real… Hay que buscar otra forma de ejecutar la condena.

Dijeron los ministros: en las afueras de la ciudad hay una fábrica que elabora ladrillos que tiene un horno que está encendido día y noche. Mañana por la mañana, cuando el ministro se presente ante el rey, como todos los días, para saludarlo, le pedirá que haga una visita de rutina, una inspección en la fábrica de ladrillos. Previamente, el rey ordenará al dueño de la fábrica, que cuando llegue alguien proveniente del palacio del rey, sea atrapado y arrojado al horno…

Así, el ministro iehudi desaparecerá sin que nadie sepa que fue de él. Ni siquiera el dueño de la fábrica sabrá a quién arrojó al fuego!
Muy bien, dijo el rey, manos a la obra…

Por la mañana, el ministro llegó al despacho del rey, que lo envió a recorrer la fábrica de ladrillos, y salió de la ciudad, siguiendo las órdenes del rey.

En el camino, ve a un iehudi desesperado, que va de un lado al otro del camino buscando quién sabe qué cosa. El ministro detiene su marcha y le pregunta qué es lo que necesita.

El hombre le dice: en hora buena, mi señora dio a luz un varoncito hace ocho días, y yo estoy aquí, en las afueras de la ciudad, hoy, en el día del Brit Mila de nuestro bebé, buscando un “Mohel”, que pueda ser mi socio en el cumplimiento de este precepto tan importante. Hace rato que doy vueltas sin poder encontrar un Mohel, ¿acaso usted conoce algo de esta profesión, sabe hacer una Mila?

En efecto, rabi Itzjak era un experto Mohel. Sin perder ni un segundo, acompañó al iehudi a su casa y cumplieron con el precepto del Brit Mila en su debido tiempo.

Y, como un precepto nos empuja a cumplir otro precepto, hicieron un banquete en honor al Brit Mila al que invitaron también al Mohel. Cuando terminó el festejo, nuestro ministro le hizo un importante regalo a la familia para ayudarlos en las compras de las cosas necesarias para el bebé y la parturienta.

Mientras tanto, en el patio del palacio real, reinaba la alegría. Los ministros festejaban la muerte del ministro iehudi que odiaban “con el alma”. Comieron y bebieron hasta emborracharse, y más tarde decidieron ir a la fábrica para escuchar el relato del dueño, querían escuchar, y disfrutar, al saber cuánto lloró y suplicó el iehudi para que no lo tiren al fuego, y saber cómo fue su fin.

Llegaron a la fábrica, muy alegres, y fueron recibidos con todos los honores y una extremada calidez. -¿De dónde vienen?, les preguntaron.
-Del palacio del rey, contestaron.
De pronto, alguien ordenó cerrar los portones, y comenzaron a arrojarlos al horno, uno a uno…

Sobre el final de la tarde, el ministro Abarbanel llegó a la fábrica.
-El rey me ordenó que haga un recorrido por la fábrica, dijo.
-Podés decirle al rey, que todo se hizo como nos ordenó, contestaron.
Extrañado con la respuesta, y como ya era muy tarde, debido al Brit Mila y al banquete posterior, decidió volver al palacio del rey para transmitirle el mensaje del dueño de la fábrica.

Cuando el rey ve que llega el ministro iehudi, casi se desmaya, quedó petrificado, con la boca abierta, como si hubiera visto un muerto que volvió a la vida. El ministro le transmitió las palabras del dueño de la fábrica y ahora el rey entendía todavía menos…

El rey investigó, y comprobaron que todos los ministros del rey, a excepción del ministro iehudi, encontraron la muerte en el horno de la fábrica.
-En verdad, dijo el rey, el que debía haber terminado quemado en el horno eras vos!!!
-¿Yo?, ¿por qué?, ¿acaso cometí algún pecado?, ¿hice alguna cosa en perjuicio del honor del señor rey? Toda mi vida trabajé con honestidad, dijo el ministro Abarbanel muy consternado.

-Por la forma en que me engañaste, por eso merecés la muerte, tus posesiones suman más de diez veces a lo que declaraste, explicó el rey.

-Con su perdón, señor rey, contestó el ministro, puede ser que lo que se ve que poseo sea algo grande, ver que tengo propiedades y negocios aquí y allá, pero todo lo que se ve no es mío, todo eso que se ve es propiedad del señor rey, y la prueba de ello es que, hoy o mañana o cuando se le ocurra, con una sola palabra el rey puede apropiarse de todo. ¿Existe alguien que pueda prohibirle hacer eso al rey?

Entonces, si cualquier posesión puede pasar a manos del rey, ¿puedo decir que sean mías?

Por eso, aunque parezca que tengo mucho, ¿quién puede decir que sea realmente mío?, ¿quién puede decir que no lo pierda, accidentalmente o por una irresponsabilidad?, ¿o cuántas cosas desaparecen del mundo solamente por el “mal de ojo”?

Cuando el señor rey me pide un detalle de lo que tengo, hice la cuenta de la plata que entregue en mi vida en forma de caridad, Tzedaka, la plata que utilicé para cumplir preceptos. Ese es mi dinero, sólo mío, los preceptos que cumplí, son una posesión que nadie me puede sacar…

-Entonces, reconoció el rey, la razón está de tu parte, y con justicia te salvaste de la muerte, y tus enemigos cayeron en tu lugar.

Y lo que no supo ninguno de los protagonistas del relato, que fue el precepto del Berit Mila, lo que salvó al ministro iehudi…

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