El Libro de Samuel presenta la extraordinaria vida de David con gran detalle. El Libro de los Reyes comienza cuando el rey David es muy anciano, narrando el ascenso al trono de su heredero, Salomón. El ascenso de Salomón ocupa un lugar destacado en las Haftarot del Génesis/Berechit. Así como el pacto de D-os con Abraham pasa a Isaac en la Parashá, el pacto de D-os con el rey David pasa a Salomón en la Haftará. Ambas transmisiones requieren la intervención de terceros para superar diversos obstáculos. La Parashá cuenta cómo Abraham envía a su siervo a buscar esposa para Isaac, mientras que la Haftará describe cómo el profeta y la esposa de David aseguran el lugar de Salomón en el trono de su padre. Además, ambos textos incluyen una misma historia (Rebeca en el pozo; la rebelión de Adonías) que se repite, cada vez con diferentes énfasis.
La Haftará/Aftarah comienza cuando los siervos de David, incapaces de abrigar a su rey enfermo, le ofrecen a la joven más hermosa del reino, Avisag de Sunem. Mientras tanto, fuera del palacio, Adonías, el hijo mayor superviviente de David, intensifica las prácticas de la realeza que David no había detenido, proclamándose rey. Recabando el apoyo de los demás hijos de David, así como de poderosos líderes religiosos y militares, algunos de los cuales habían tenido enfrentamientos con él, Adonías hace ostentación pública y dramática de su poder. Adonías no busca el apoyo de los leales a David y excluye a su hermano menor y probable heredero al trono, Salomón, así como al profeta Natán. Como rey, probablemente condenaría a muerte a Salomón y a su madre, Betsabé/Batchevah.
Anteriormente, D-os le había revelado a David que Salomón lo sucedería; David le hizo la misma promesa a Betsabé; y D-os le habló a Natán de su amor por Salomón. La Haftará narra el astuto plan de Natán para que él y Betsabé persuadieran a David de sofocar la rebelión, asegurar el trono para Salomón y salvar sus vidas. Betsabé entra en las habitaciones reales donde Avisag atiende a su esposo. Ella le recuerda a David el juramento que le hizo de que su hijo, Salomón, lo sucedería. Le dice que, sin su conocimiento, Adonías está reuniendo al hijo de David y a otros, actuando como rey; recalca que sus vidas y las de Salomón corren peligro y lo insta a declarar públicamente a Salomón como su legítimo heredero. Natán entra entonces, confirmando las acciones de Adonías y expresando su sorpresa de que David no le hubiera informado de esta importante decisión. David se repone y jura ante Betsabé que proclamará a Salomón rey.

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